Arroz chaufa

Receta ↓ Ángela Solar

El arroz chaufa es como un viaje a Perú en un plato. Con cada bocado, sentirás una explosión de sabores y texturas que te transportará directamente a las calles de Lima.

Con su base de arroz frito, trocitos de pollo jugoso, verduras salteadas y un toque de salsa de soja, este plato es una auténtica sinfonía de sabores. ¡Atrévete a probar esta delicia peruana y deja que tu paladar viaje al otro lado del mundo!

Los ingredientes esenciales

Para recrear el auténtico arroz chaufa, vas a necesitar una combinación de ingredientes que capturan la esencia de la cocina peruana con un toque asiático. Estos son los elementos clave que yo siempre utilizo:

• Arroz – Elige un arroz de grano largo, que deberás cocer con antelación y dejar enfriar; así conseguirás ese punto perfecto y esa separación de granos que es vital en un buen chaufa.
• Pollo – Corta el pollo en dados pequeños y márcalos con una marinada que hable de viajes y aventuras culinarias. Yo suelo dejarlo reposar con la marinada al menos una hora para que se impregne bien de los sabores.
• Verduras – No escatimes en la calidad de las verduras; zanahoria, pimiento y cebolla deben ser frescos y crujientes. Córtalos en juliana fina para que se cocinen en un abrir y cerrar de ojos y mantengan su textura.
• Salsas – La salsa de soja no puede faltar, es el alma del plato. Pero si quieres llevar tu chaufa a nuevas alturas, añade un chorrito de aceite de sésamo y una pizca de salsa de ostras. Te prometo que el resultado es espectacular.

Preparación previa

¡Empecemos nuestra aventura culinaria preparando algunos ingredientes con antelación! Recuerdo cuando mi amiga peruana me enseñó a hacerlo por primera vez, ¡fue una experiencia inolvidable!

• Cocción del arroz: Utiliza un arroz de grano largo y cocínalo según las instrucciones del paquete. Una vez listo, esparce el arroz en una fuente amplia para que se enfríe rápidamente y los granos no se peguen entre sí. ¡Este paso es crucial para conseguir un arroz chaufa perfecto!
• Corte y marinado del pollo: Corta el pollo en dados pequeños y colócalos en un bol. Añade una cucharada de salsa de soja, media cucharada de aceite de sésamo y una pizca de ajo en polvo. Mezcla bien hasta que el pollo esté completamente cubierto con la marinada. Deja reposar el pollo en la nevera durante al menos 30 minutos para que se impregne bien de los sabores. ¡Verás qué diferencia hace!

Salteado de verduras

¡Vamos a darle vida a nuestro arroz chaufa con un delicioso salteado de verduras! Recuerdo cuando mi primo peruano me mostró por primera vez cómo preparar este plato. El secreto, me dijo, está en el salteado.

1. Corta las verduras en juliana fina. Mi truco es utilizar un buen cuchillo afilado para facilitar el proceso y obtener un corte uniforme.
2. Calienta un par de cucharadas de aceite en una sartén o wok a fuego medio-alto. ¡Un buen alteado necesita un aceite caliente!
3. Saltea las verduras durante unos 3-5 minutos, o hasta que estén tiernas y hayan tomado un bonito color. No dudes en agregar un poco de sal para realzar sus sabores.
4. Por último, añade un chorrito de salsa de soja y un toque de aceite de sésamo para darle a tu sofrito un sabor auténtico. ¡Prueba y ajusta las cantidades según tu preferencia!

El arte de combinar los ingredientes

Si alguna vez has mezclado especias solo por el placer de descubrir nuevos aromas, entenderás la alegría de este paso. Vamos a unir los ingredientes de nuestro arroz chaufa con la misma ilusión con la que se mezclan los colores en una paleta.

1. Introduce el pollo marinado al salteado de verduras y observa cómo se abrazan en la sartén. Es un encuentro de sabores que promete una amistad duradera.
2. Es hora de que el arroz entre en escena. Repártelo con mimo sobre el sofrito, como si cada grano fuera un invitado especial a esta fiesta de sabores.
3. Con movimientos suaves pero firmes, integra todos los componentes. Cada vuelta de cuchara es un paso más hacia ese plato delicioso que te hará cerrar los ojos y sonreír.
4. Deja que el conjunto se cocine hasta que se dore ligeramente. Este es el momento de ajustar el fuego y decidir si prefieres un arroz más tierno o con un punto crujiente. Sea cual sea tu elección, el resultado será para recordar.